Luna Alucinada

Canto para Federico García Lorca

Qué luna
Qué luna amor
Suplica una vez más en el cielo
Que te coja de maravilla
Y jadeante puedes regresar
Por ardiente deseo
En el jardín donde te espera una rosa?
Luna alucinada
De Miguel de Cervantes
En los viajes de Don Quijote
De ayer hoy y mañana.
Es la de siempre
Que brilla en espejo de gemas
Horóscopos y frisos decorativos de cada ciencia
En las orientaciones de los navíos
E invita las mitologías de los dioses
A la fiesta de la próxima lunación.
Luna en las noches de las lechuzas
Y de virtud y fuerza
Reina de las estrellas inflexibles
En la vuelta de alternas formas
De azorada añoranza y miel perdido.
Es aquella del viaje de Astolfo
Para recuperar el juicio enloquecido de Orlando
Querido primo
Aquella de las noches de las pasadas estaciones
Cuando entonces joven corrías
Henos entre las rodillas

Qué tiempos aquellos –
A la tentación de la guitarra
Que se desesperaba con melodía de infinito amor.

II

Es la luna amiga de los milicianos
Apostados en rincones de las calles en España
En los esqueletos de las casas bombardeadas
Donde revolotean cortinas de ventanas
O de los ahorcados a las balaustradas oscilantes
Donde no se doblan con las sábanas.
Luna de los nidos escondidos entre las copas de los arboles
Luna visitada
De luna nueva o luna llena no importa
De cera en los desconsuelos de la muerte de esposas o amantes
Amigas o hermanas
Traspasadas por el hierro en los días de Caino
Luna de humanidad dolorida.
Trágica luna en iglesias de oraciones
Y blancor de resaca
En los ojos fugitivos de moribundos.
Luna de desconsuelo
A las puertas de las fábricas y sobre las aceras desiertas
De ciudades abrumadas por bandas criminales
Barricadas en hospitales, fábricas, municipios,
Mercado de abastos.

III

Abierta al dolor, oh luna desolada
Y a las lagrimas que riegan los setos de jazmines
Por el asesinato de Federico García Lorca
Astro verde en el verde más brillante
De los jardines de limoneros de España.
Adiós luna
Pensamiento triste
Sangre derramada por la tiranía franquista
Luna furiosa en vaso de vino
Pandereta de harina escondida bajo la almohadaDonde se agruma
Adiós Federico García
En el día fatal de Granada.
Oh luna luna de añoranza
El poeta nunca te verá volver a la forja
Con tu blanco vestido y perfumado velo
Ni podrá ver otras veces
Tu pecho de charca
Ni te acompañará por el cielo
Con baile de jocosas castañuelas en manos
En el viaje que harás, estrechándote la mano con un niño.

IV

Luna que lee cuentos de antiguos escritos
Sobre rocas durante milenios y solitarias
En el misterio de sus signos.
Luna sobre piedras sedientas
En el mes de la siega del trigo
Rostro de trashumancia
Y de claridad a los viandantes a lo largo de caminos de moras
Azoramiento que conduce los pasos de los fugitivos
Por desiertos que lamen los mares de África
En los días con las esperanzas que pierden los pasos
En viajes conducidos por ladrones y traficantes de esclavos
En noches que resuenan de lágrimas y músicas
Señora con guadañas de plata
Triunfante monta
Y enlaza ritos de muerte y fiestas
Luna que brilla sobre las cuchillas
En el sosiego de los condominios y colmillos de chacales
Luna de muerte.
Magnificencia de fragmentos de recuerdos
Que evocan historias que no se pueden perdonar
Párpado de silencios conclusivos de condenados
En las noches del último insomnio
Espuma de sed
Amor y vino a la copa del estribo
Astro menguante en el respiro que se va con la cabeza gacha.

V

Tu nombre de espejo
En un cielo mortal
Que brilla sobre las miserables construcciones de cementerios
Sin una brizna de hierba y con flores de papel
Vida sin porvenir allí muere para siempre.
Y ahora que asistes al baile real
Mujer fatal en un chal de seda
Con tu misterioso pentagrama
Invites todavía a escuchar el majestuoso concierto de la vida
Sueño confuso de viajes que cuentas
De hermosuras y maravillas
A los que están dispuestos a escuchar
Cuentos sobre el tiempo de encantamientos
Sustento del oculto significado de la vida
Mas en la noche de los horrores de las guerras
Tomada la iniciativa también las estrellas mueren

VI

Luna del fantástico Don Quijote de la Mancha
En su ataque a los libros de caballería
Imposible paz entre imaginario y realidad historia y poesía.
Luna de los cuentos de las madres del mundo
De los libros de ciencia de la biblioteca de Alejandría
De la metáfora del llanto y de la añoranza
Luna de marineros y ladrones nocturnos
Fiel amiga de los furtivos deseos de los amantes
De poetas de cada escuela
Luna del tiempo llegada a ser historia de matemáticas y geometría
De recuerdos de poetas de laberintosDe vencidos que vagan por el mundo
En desconsoladas procesiones de mariposas
Luna que llora la muerte de niños,
El veneno que vomitan los humos de las Terre del Fuoco
En la Campania de las madres azoradas
Infamia de aquellos que se ríen en las calesitas de los circos
Indolencia de las víctimas de la decadencia general
Fracaso de las leyes del Estado.
Tu sombra de complicidad
Favorece procesiones de vírgenes
Perdón y ruegos.
Luna que sufre en el blancor de porcelanas
Descoloridas por la orina
Y abandonadas en los suburbios
A lo largo de caminos de cardos que tocan manzanas de casas
Ventanas de hospitales y setos
Luna de debilidad en los ojos de los niños
Al pecho seco de madres
De viejos en busca de mercancía de descarte en los mercadillos
Luna dolorida y solitaria
Entre sábanas tendidas a secar y humos del cáncer
Y vestidos en vagas formas asustados por el viento.

VII

Luna extendida en soledad de luz y obscuridad
Luna encantadora perfumada del polvo de burdeles
Astro de soledad en la niebla de periferia.
Luna de la palidez de crisantemos
Acaricia hiedras de piedras tumbales
Y castillos abandonados a los búhos de los poetas
Cuando en su camino de ronda
Pega un salto sobre las cimas de los montes
Desde los Pirineos hasta Andalucía
Y se pierde en las tierras bajas del Ebro y del Guadalquivir
Entre olivos vides agrios y suberis
Atormentados por los dedos del tirano.
Luna de la pasión de Dolores Ibárruri
De perfumes de melisas
Luna del triunfo y de la derrota
Cuando todos pasan
Los espadines los toros y las capas
Los caballos los toreros de Picasso, el candelabro
La espada quebrada Guernica
Las brigadas internacionales
La cobardía de Europa.
Adiós luna de las lejanías
De luto y de velos de novias
Adiós luna del paisaje de la belleza
Al límite del cielo
Adiós cuando el amanecer vuelve con otras categorías de destinos
En la lógica que no es eterna
Desentrañando cada uno su propio hilo de seda.

VIII

Adiós luna de Federico García Lorca
Adviertes los jazmines
Abres tu boca infeliz
Por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías
A las cinco de la tarde fatal.
Adiós luna
Adiós a tu jocoso abanico bordado de meteoros
Al collar de perlas recibido de regalo
En tierra generosa donde todavía es posible
Comprar otras mercancías
Peines de oro espejos de hadas
Amuletos y horóscopos de engaños.
Jamás regresarás sobre los techos silentes de las casas
A las ventanas decoradas con ristras de cebollas ajos y guindillas.
No pasarás a admirar las cristaleras bizantinas
Que durante siglos cuentan historias de santos
Y donde sólo las hormigas vienen a rezar
Furtivas a través de las escaleras corroídas por la guerra.
Adiós a tu amor azulado vestido
Traje perfecto por la última fiesta
En el día de Granada.
Luna que camina de palidez a palidez
Adiós.
Jamás dirás al poeta el nombre de los arboles que conoces
Ni de ríos ni de montañas
Ni de piedras ni de aves
Ni de amores escondidos.
Tus palabras de misteriosa sonoridad
De vino y rosas sobre la mesa puesta
Escenario y silencio de cada cortina que se cierra
Al redoble de tambores del tirano
Y el fruto cae
Precipitándose en mil ojos sangrantes de Granada.

Testo di Giovanni Torres La Torre
Traduzione di Marta Librizzi
Capo d’Orlando, septiembre – octubre 2013

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